El mundo necesita una gran «Revolución»

Muchos golpes militares en todo el mundo, las revueltas enloquecidas, el triunfo de Milei en Argentina, el éxito de la extrema derecha en Europa y el nacimiento de miles de partidos nuevos, casi todos mesiánicos y antisistemas, son el resultado del fracaso de las izquierdas, de las derechas cobardes y del poder de políticos corruptos y miserables.

El fracaso de los políticos tradicionales y de sus partidos, sobre todo de las izquierdas, dominadoras de la cultura mundial, ha sido tan intenso que el mundo necesita y busca una revolución que acabe con el atractivo de los Lenin, Stalin, Hitler, Mussolini, Mao, Pol Pot, Fidel Castro, Daniel Ortega, los peronistas y con doctrinas tiránicas camufladas de democracias, tan sucias y corruptas como el sanchismo español, y los sustituya por gobiernos honrados, decentes y que sirvan a sus pueblos, en lugar de servirse de ellos, expoliarlos y hasta asesinarlos, como han hecho los políticos y dirigentes tiranos en los últimos siglos.

Nunca fue tan necesaria la Revolución en la historia humana como hoy, cuando el sistema permite la esclavitud disfrazada, la corrupción, el latrocinio, la tiranía escondida, el exterminio de las poblaciones, la guerra, el odio, el miedo y el crimen impune de los que mandan.

La revolución que el mundo necesita es la regeneración de la política, hoy corrompida y envilecida, lo que significa el fin de las izquierdas marxistas y de las derechas acomplejadas y cobardes, todas ellas contaminadas de tiranía marxista, culpables de que el mundo actual, lleno de injusticia, desigualdad, violencia y muerte, sea un desastre. Los gobiernos deberán ser controlados por las leyes y el pueblo y los políticos serán personas de probada virtud y valores, en lugar de los corruptos y delincuentes que hoy logran apoderarse de algunos estados,

La frase de Milei, el anarco liberal candidato a ser presidente de Argentina, resuena en todo el mundo cargada de razón y realidad: «Confiar en los políticos es como poner a tus hijos en manos de un pedófilo».

Milei, como Tump, Bolsonaro, la extrema derecha y miles de revueltas e intentos de rebelión contra el sistema son resultado directo del fracaso de las políticas de izquierda en el mundo, llenas de hipocresía y falsedad, que se presentan como protectoras de los débiles cuando en realidad son esclavizadoras, corruptas, depredadoras y creadoras de opresión y pobreza.

Las izquierdas subsisten y resisten gracias a su hábil manejo de la propaganda, de la mentira y del dinero, que emplean en aplastar la verdad y engañar a todos. La columna vertebral de su política es lo que llaman progreso, algo que en realidad es retroceso porque se inspira en sociedades tan fracasadas como la soviética, la cubana, la venezolana y otras tiranizadas, todas ellas sumidas en la pobreza y el dolor. Su gran consigna propagandística es que reparte la riqueza entre los menos favorecidos, pero esa es otra falsedad porque en los países que gobierna hay cada día más pobres. La gran verdad que ocultan es que ellos propician la pobreza porque saben que los ricos votan a las derechas liberales, mientras que los pobres, frágiles y preparados para recibir promesas falsas, votan a las izquierdas.

La Revolución que el mundo necesita y busca es una limpieza a fondo que elimine a los políticos corruptos, psicópatas, egoístas y malvados que se han apoderado del Estado a través de esas organizaciones verticales y totalitarias que son los partidos políticos, donde florecen la corrupción y todo tipo de vicios antidemocráticos.

Una vez eliminados, el Estado tendrá que reducirse al mínimo, los ciudadanos tendrán que asumir el gran reto del autogobierno y los partidos políticos y sus huestes corrompidas, culpables de buscar el propio beneficio en lugar del bien común, deberán ser ilegalizados.

De ese modo, el mundo se regenerará y conocerá niveles de paz, justicia y prosperidad hoy ni siquiera imaginables.

Publicado en «votoenblanco.com«